martes, 13 de marzo de 2012

Vilalúa pulpeira galega

Vilalúa Pulpeira Galega
Calle Jorge Juan,71 Madrid
91 4357435
Metro: Príncipe de Vergara (5min. andando), 
            Goya (5min. andando)


Un buen día andando (con algo de prisa) por la calle Jorge Juan pasé por la puerta de esta pulpería, que al ver su cristalera y el enorme puchero de cobre de donde sacaban un pulpo, me impactó y la memoricé para ir un día con más tranquilidad.

Al fin, conseguí ir un viernes por la noche, el local está reformado por completo que no siendo muy grande está bastante bien aprovechado con unos 5 toneles donde poder sentarse en unos taburetes altos y unas 5 ó 6 mesas bajitas pegadas a la pared donde sentarse en unas "plácidas" banquetas. Como no había sitio en las mesas bajitas (ojo se puede reservar) nos dispusimos en un tonel libre. Las paredes están revestidas de granito que le da un toque gallego y a la vez vanguardista, por lo que se puede decir que se avanza en lo moderno pero sin olvidar lo clásico que queda como base.

Nada más entrar a la derecha en una pizarra están las sugerencias del día que posteriormente el camarero con acento gallego te recuerda. La carta está escrita o mejor dicho grabada en un "trozo" de madera, pero con una letra casi imperceptible por lo que hay que hacer una labor importante para poder verla. Tienen tanto buen marisco proveniente de las lonjas gallegas como buena carne gallega, por lo que, un carnívoro no pasa hambre en este lugar.

Como aperitivo con las cervecitas nos pusieron un caldo gallego con verduras que no hacían un adecuado contraste con la bebida, pero en épocas más invernales tiene que "entrar" bien. Para comer, pedimos empanada de cerdo, con la masa bastante fina y un relleno bastante bueno, muy recomendable; y por supuesto, pulpo a feira con cachelos, ojo, le echan pimentón picante y pica un poquito por lo que a los no amantes del picante no es recomendable (pero tampoco es demasiado), el pulpo estaba un poquitín más duro que en otros restaurantes que lo he probado pero es su especialidad y hay que probarlo sí o sí. También hacer referencia al pan, que son trozos de pan gallego muy rico.Como detalle entre la espera de un plato a otro nos pusieron unos trocitos pequeños de empanada. De postre una tarta de queso de Lestedo (según el camarero un pueblo conocido por sus tartas de queso) que, la verdad, no me impresionó demasiado.

En cuanto al servicio, atento, joven y 100% gallego, por lo que, cuando te dicen las sugerencias o cualquier otro comentario hay que tener el oído muy fino para poder aclararte con el acento. Si a ello le unimos el puchero de cobre típico de tierras norteñas de donde sacan el pulpo, se puede decir que cuando entras en Vilalúa, entras en un trozo de Galicia.

Ficha "técnica"
Precio: 20-25 € pax. (sin marisco)
Me gusta: el pulpo a feira, su toque gallego.
No me gusta: la tardanza entre plato y plato, el picante un poco excesivo de los cachelos
Ideal: cervezas/ribeiro con pareja-amigos.




lunes, 5 de marzo de 2012

SoMa Restaurante

SoMa Restaurante
(Hotel Vincci Soma)
Goya, 79 Madrid
91 436 4548
Metro: Goya (5min. andando)

La verdad es que siempre me han dado un poco de respeto los restaurantes de hotel, eso de entrar, preguntar en la recepción,... no me molaba mucho, pero éste ha cambiado mi percepción. Después de preguntar en recepción y subir unas escaleras tienes dos opciones girar a la izquierda (bar en plan lounge) o girar a la derecha (restaurante). Evidentemente, dado que el ser humano es así (y que las señales no eran evidentes) giramos a la izquierda pero una amable camarera nos dijo que el restaurante estaba a la derecha.

Una vez dispuestos en la mesa, con una romántica vela y un pequeño jarroncito con florecitas, el camarero nos trajo la carta, a primera vista bastantes entrantes, pero no tantos segundos (3 o 4 de carne y 3 de pescado). Como peculiaridad decir que hay una parte dedicada a las "tapas" (digo yo, por aquello de ser un restaurante de hotel donde la gente que va es foránea), las tapas a su vez las dividen en fusión o mediterráneas. 

Como aperitivo gentileza de la casa, un pequeño cubículo con trocitos de pescado aderezado con un poquito de vinagre y perejil, bueno, que se come rápidamente. En cuanto a panes ponen una cestita con varios: con trocitos de aceituna, de cereales, blanco...es de agradecer para los amantes del pan como yo.
De entrantes pedimos unos langostinos crujientes acompañados de mahonesa y sésamo que estaban buenos puesto que no rezumaban de aceite como suele pasar con los fritos;  también brochetas de pollo al limón, tiernas aunque mejor con un poquito de más limón estarían mejor. En general entrantes bien. De segundos, presa ibérica que según la comensal estaba buena y para mí lomo de lubina con una base de setas y champiñones con vinagreta con un contraste bastante interesante entre el "vinagrito" y la lubina. Las raciones no son muy grandes por lo que para una cena está bastante bien, para comidas habría que pedir más entrantes.
De postres, es muy curiosa la carta puesto que es un cubo con sus 6 caras, en cada cara hay un postre o en su defecto "gin tonic", pedimos un mini foundant de chocolate (su palabra lo dice mini) con helado de mango; también (un día es un día) tiramisú que se agradece que no esté muy emborrachado de licor porque es un botecito lleno de tiramisú.

En general bastante bien y me sorprendió agradablemente que un restaurante de hotel tuviera ideas innovadoras en los platos. Por cierto, es de agradecer la quita que se hace en la cuenta si se ha reservado por El Tenedor.

Ficha "técnica":
Precio: 25-30€ pax. (incluyendo quita del 50% de El Tenedor)
Me gusta: la tranquilidad, el espacio entre mesas, la comida en pequeñas dosis.
No me gusta: sus sillas.
Ideal: cenita con parej@.

Tickets... bienvenido al circo!

Avinguda Paral·lel 164
08015 Barcelona

Llevábamos meses preparando nuestra visita a TICKETS, el nuevo proyecto de los hermanos Adriá en Barcelona, y por fin llegó el día de asistir a  este espectáculo dirigido por los hermanos Adriá,  "La vida tapa", que no te puedes perder.

Las reservas se hacen con 3 meses de antelación (http://ticketsbar.es/)... no apto para espontáneos u ocurrentes ;)

Entramos en el local y comienza la magia...

Nos reciben cinco "mini espacios": una barra con esencia mediterránea, otra bañada por Estrella Damm, uno de los patrocinadores del local, ... hasta llegar a la zona de postres, que es donde nos sentaron. ¿Lo malo?  que ver a estos artistas preparando postres te deja con la boca abierta, incapaz de articular una palabra seria o de mantener una conversación coherente!

La primera impresión es de informalidad. Y es que cuando una no está acostumbrada a ir a cenar a nada que acabe con Adriá, cualquier referencia pone los pelos de punta.

Una maitre joven, educada pero sin grandes pretensiones, será nuestra guía esta noche y nos explica que un menú de tapeo típico ronda los 70€/persona, pero podemos adaptarlo tanto en gustos como en precios. Aunque existe la opción de elegir de la carta, sin duda es mejor opción dejar a estos sabios que nos sorprendan. No se lo ponemos fácil: queremos gastar 50€/persona y en el grupo tenemos una alérgica a las ostras y una persona con odio compulsivo a las anchoas.

Nos confeccionan un menú adaptado a nuestras condiciones y, sin incomodidades, nos comunica que ha ajustado el precio (me gusta poder cenar tranquila, sin esperar sorpresas en la cuenta!). También nos pide que si comenzamos a sentirnos llenos, avisemos para que no nos sirvan más. Me gusta esta idea de aclarar las reglas del juego. Comienza la fiesta!!!

En primer lugar nos sirven lo que nosotros llamamos el aperitivo:
  • "Esféricos de aceituna", que debe ser marca de todo aquel que ha pasado por la cocina del Bulli. Nos gustan pero no nos sorprenden porque hemos probado las de Paco Roncero.
  • Chips de bacalao con sal de algas: algo así como patatas fritas con sabor a bacalao... diferente y bueno, sin duda.
A continuación, nos pusieron una grandísima variedad de tapas, con poco tiempo entre ellas (cosa que se agradece para que tus posaderas no comiencen a protestar por estar sentadas antes de llenar el estómago).

Me gustó la escala de sabores de las tapas, de más fresco a más sabroso. Me encantó la presentación. Me sorprendió la mezcla...

Nos encantaron los huevos de codorniz con migas de mojo picón, que dejaban un recuerdo a migas con huevo frito, los cucuruchos de ventresca eran... de otro planeta, el canelón de buey de mar daba pena cortarlo de lo bonito que era,...

De postre pedimos dos para compartir, ambos riquísimos pero quizá sería lo menos sorprendente del menú... pero como una no es muy golosa, mejor sacad vuestras propias conclusiones.

En definitiva, un menú tan diferente, tan sorprendente y con esa sensación de espectáculo, biene merece los 50€ que nos costó por persona (incluyendo bebidas, postres, iva y todo lo incluíble!).

Muy recomendable!

Ficha "técnica":
- Precio medio: 75€/cada uno, aunque es flexible y basta con que especifiques cuánto quieres gastar.
- No me gusta: hay que reservar con... ¡dos meses de antelación!
- Me gusta: la experiencia completa. No es de esos sitios a los que ir una vez en la vida, es de esos dónde merece la pena repetir.
- Ideal: amigos (aunque es difícil cuadrar agendas con dos meses de antelación), parejas (sorpréndel@!), familia (sin niñ@s).









lunes, 27 de febrero de 2012

Soul Kitchen


C/ Príncipe Carlos, 44, Madrid
912519707
Metro: Metro Ligero línea 1, Parada: Blasco Ibáñez


En mi particular periplo por los restaurantes-bares que ofrecen algo de comida americana recalé en Soul Kitchen. Este restaurante se encuentra en el barrio residencial de San Chinarro, esto permite: poder aparcar sin ningún problema incluso en hora punta (domingo al mediodía), ver un ambiente familiar y distendido, disfrutar de una terraza al solecito (sobretodo en primavera) y no tener las estrecheces entre mesas tan típicas en los restaurantes más céntricos.

La decoración sin estridencias y normalita, solo recalcar unas lámparas que son flexos (igualitos al que tenía en mi mesa de estudio y tanto tiempo pasé junto a él). El servicio es bastante amable y cuando te dan la mesa también te ponen el típico "llamador" para que si necesitas algo no tengas que estar buscando al camarero con la mirada hasta que te vea, bastante útil, pero en este caso no hicimos uso del mismo, la camarera era bastante atenta y no dejaba descuidadas sus mesas.



Es de agradecer que con las bebidas y mientra te decides para la comida te traigan unas patatitas fritas para que mates un poco el tiempo. De entrantes pedimos los champiñones a la parrilla que estaban buenos y los aros de cebolla que son bastante artesanales y no son los típicos de otros sitios, bastante recomendable. En cuanto a hamburguesas tienen dos tamaños de 160gr. (para los múltiples niños que van por el restaurante) y la de 250gr. (la normal), pedimos la Soul Kitchen con tomates verdes fritos y salsa barbacoa, y la verdad es que me decepcionó un poco estaba sosa y no tenía el típico sabor a barbacoa de otras hamburgueserías, no son de las mejores que he probado; la hamburguesa va acompañada de patatas caseras y una "lágrima" de ensalada de col. De postre un brownie de chocolate blanco con jengibre (prácticamente sin él) que lo acompañan con una bola de helado de vainilla y nata, bueno pero sin emocionar.

Ficha "técnica":
- Precio medio: 20-25€ pax.
- No me gusta: la sosedad de las hamburguesas.
- Me gusta: sus patatas de acompañamiento, el servicio amable.
- Ideal: pareja, familias jóvenes con niños, amigos.





jueves, 23 de febrero de 2012

La Vaca Picada

C/Serrano, 224. Madrid
914112996
Metro: Concha Espina (7min. andando)

C/Diego de León, 13. Madrid
915637776
Metro: Núñez de Balboa ó Rubén Darío (10 min. andando)

C/Tierra de Melide esquina C/Mirallos. Las Tablas, Madrid
914270216
Metro: Las Tablas (4min. andando)

En los últimos años en Madrid han proliferado los restaurantes especializados en comida "norteamericana" y el avezado comedor de hamburguesas intenta degustarlas en distintos sitios para luego jactarse ante sus amigos/as del lugar que está más buena o más mala (la hamburguesa).

La Vaca Picada con 3 establecimientos ya abiertos toma ventaja respecto a Alfredo´s (2), New York Burguer (2) e igualado con Home Burguer Bar (3). Tras la visita a la Vaca Picada de Serrano éste ha entrado en mi particular podium en varios aspectos aunque algunos otros es mejor olvidar:

El espacio está aprovechado al milímetro con varias mesas en la entrada del restaurante, luego en el sótano y también en dos terrazas en la calle. La luz (azul) que hay en el interior parece como si fueras a tomarte una copa pero  no desagrada (de hecho hay una cabina de dj y dicen que alguna vez "pinchan"). Cuadros con motos y televisiones con Kiss TV decoran las paredes.

En cuanto a comida, los entrantes que pedimos se limitaron a unas tiras de corral que te las ponen con dos cubículos con salsa, buenas y aconsejables. En cuanto a hamburguesas hay cuatro tipologías básicas respecto al peso: 160gr., 250gr. (la más común), 500gr. y atención de 660gr. ¿alguien se atreve? la verdad es que la ví de cerca e impresiona, esta es para pedirla para cuando vayas con amigos para "chulear" delante de ellos ante tamaña gesta. La hamburguesa está muy buena, diría que de las probadas hasta ahora, la que más me ha gustado, pedimos la Real y la Ibérica, mejor la Real con cebolla caramelizada que la Ibérica ya que el jamón le quita protagonismo a la hamburguesa en sí. De postre, una tarta VP muy rica, es de chocolate pero no empacha demasiado.

Al principio dije que había cosas para olvidar, y éste es el servicio demasiado lento y la comida tardó en llegar más de la cuenta, no se si fue a nosotros o es la tónica general. Entramos a las 14.10 y salimos a las 16.15 y porque recogimos la vuelta en la barra de la puerta.

Ficha "técnica"
- Precio medio: 25-30 € pax.
- No me gusta: el servicio muy lento, las mesas muy juntas
- Me gusta: el sabor a parrilla de sus hamburguesas, su cerveza Alhambra1925, poder reservar.
- Ideal: amigos, pareja.





miércoles, 22 de febrero de 2012

Mauna Loa, un hawaiiano en la capital

Plaza de Santa Ana, 13. Madrid
Tlf: 914 297 062

Mauna Loa es un rincón diferente, algo exótico, en una de las esquinas de la plaza de Santa Ana. Un lugar que casi todos los madrileños hemos descubierto de la mano de nuestro primer o segundo amor, a esa edad a la que no te importa que los sofás sean diminutos, y la originalidad de la carta de cócteles del Mauna Loa es capaz de acelerarte el corazón.

Si vas al Mauna Loa, no puedes dejar de pedir su volcán, un cóctel frío -para una o varias personas- del que un humo blanco, que se bebe con unas larguísimas pajitas. No está especialmente rico ni tiene mucho alcohol, pero tampoco estás allí para eso.


Según te sientas, ponen un picoteo que más recuerda a un cumpleños infantil que a Hawaii: sandwiches de jamón york, panchitos,...

Entre beso y beso, mira al techo porque puede que veas unos pájaros de colores voloteando...

Los jueves por la noche o en fin de semana por la tarde se está bien. Las noches de fin de semana se forman unas colas que sólo merecería hacer para ir realmente a Hawaii.